Fiesta Kichwa: La Leyenda de la wayusa

Un regalo de la diosa del río: las hojas de la planta de la wayusa, magia y rito en la Amazonia.

 

Experiencias

Hoy será mi última jornada en la Amazona ecuatoriana. Pero la jornada no suena a despedida. De nuevo suena a festejo.

Hoy tenemos previsto viajar a Tena, donde se celebra el Festival de bailes ancestrales de los indígenas kichwas de las comunidades del Napo.

La plata de la wayusa (ílex guayusa, de la familia de los ílex o acebos), es originaria de la selva ecuatoriana. Sus hojas contienen distintas sustancias estimulantes como la cafeína, las cuales se dejan secar y con ellas se prepara una popular infusión ancestral rodeada de embrujo y solemnidad.

Pero no todo es fiesta. Las obligaciones y quehaceres de la vida en la selva comienzan muy, muy temprano. A primera hora voy a buscar a mi compadre por un tortuoso y empinado camino que lleva a un claro de la selva donde pasta el ganado de la familia. Hoy viene el veterinario a vacunar a los chotos que pastan en una pradera rodeada de la frondosidad de la floresta amazónica.

Recogí mis cosas, para viajar al Tena, pero la abuela paterna de mi ahijado no iba a dejarnos partir sin antes ofrecernos un suculento almuerzo. Y claro, mi último almuerzo en Wamaní, se convirtiría en ¡otro banquete… a las diez de la mañana!: Tilapia, yuca, plátano verde y pollo… je,je…no se crean, ahí no quedó la cosa, después de todo aquello, había que comerse un platazo de arroz, con fideos chinos guisantes y riñoncitos de pollo….(para explotar) y por si  fuera poco, todo ello acompañado de la famosa chicha de yuca, que no puede faltar en una familia Kichwa que se precie.

Nos desplazamos en autobús hacia el río Napo. En el Tena se celebra un Festival de baile y tradiciones de los indígenas kichwas. Ante el público, se suceden coloridos grupos de baile cuyo simbolismo desconozco, ataviados con los trajes y ornamentos tradicionales.

Ellas
Ellos

Por último y a modo de despedida me tocó hacer la cena para todos junto al compadre. Preparé unos filetes de un pollo que compre para hacer el famoso arroz que siempre ofrezco en cada lugar que visito. Cocí unas patatas. Parte las hice en rodajas pasadas por la sartén y parte en puré, que también terminé en la sartén tipo tortilla, pero sin huevo. ¡Vamos!, para chuparse los dedos.

Y aquí estoy yo, como podéis ver, en TENA
con mi ahijado, su madre y la abuela paterna.